(Tomado de Alma Mater) | ||
Texto y Foto: Galia Luz Tamayo Rodríguez | ||
Suavemente se abre la portezuela y comienza su lento, airoso descenso, la señora de los movimientos, la dama de la danza, es como si un ángel entrara ceremoniosamente al paraíso. No es Alicia en el país de las maravillas, es la Alonso, carnal y divina a la vez, etérea y corporal… está en Las Tunas. En noche es la cita en el teatro de la Universidad de Ciencias Médicas. Centenares de jóvenes disfrutarán del espectáculo didáctico que protagoniza Miguel Cabrera, historiador del Ballet Nacional de Cuba. El encuentro cumplimenta el deseo de disfrutar de la Compañía Cubana de Ballet. La ciudad toda respira danza. El Ballet Nacional la visita, recorre sus calles. Alicia Alonso es recibida en el sitio más querido de los tuneros: el memorial Casa Natal de Vicente García González. La directora de la Compañía recibe el Escudo de la Ciudad y la réplica de la pluma del Cucalambé. Las más altas autoridades de la provincia, junto al pueblo, rinden homenaje la cubanísima y universal artista. El espectáculo incluye escenas del ballet “La bella durmiente del bosque”, interpretada por Viengsay Valdés, en el papel de la princesa Aurora. Entrevistada por “Alma Mater”, Viengsay Valdés afirma: “El público tunero es muy ávido y conocedor y adora el Ballet Nacional de Cuba, lo sigue y siempre está a la expectativa de tenerlo cerca” El Ballet Nacional de Cuba fue el regalo mayor. En Las Tunas se queda el recuerdo de estos artistas que demostraron que ”Amor es delicadeza, merecimiento, esperanza…” |
Tengo atado todo, a mi piel mojada.
viernes
Crónica de un sueño alado
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